Un brasileño creó una motocicleta hidráulica en su garaje en São Paulo, la “Moto Power H2O”. La moto de 1993 del obrero Ricardo Azevedo es movida por agua.
La batería de un automóvil produce electricidad y, a través de la electrólisis, el hidrógeno se separa de las moléculas de agua. El proceso da como resultado una combustión que crea la energía necesaria para arrancar la bicicleta:
“Este equipo rompe la molécula de agua, transformando esa molécula en oxígeno e hidrógeno. El hidrógeno sale en mayor cantidad y lo uso para hacer funcionar el motor de la moto”, explica Ricardo Azevedo.
Seis meses después de lanzar este concepto y de haber realizado más pruebas y mejoras, su creador cree que el proyecto puede contribuir a reducir el nivel de contaminación. En lugar de que salga monóxido de carbono por el tubo de escape, tenemos vapor de agua:
“Esta moto funciona con hidrógeno extraído del agua y en las pruebas híbridas que hice puede llegar a los 500 kilómetros con un litro de agua”, dice su inventor.
Ciertamente, esta no es la única respuesta a las necesidades energéticas globales, pero es al menos una alternativa potencial a los combustibles fósiles:
“Cada dispositivo nuevo, o cualquier trabajo, debe tomarse en serio, con respeto. Respeto a las personas que, por preocupación, comienzan a jugar con las cosas que tienen en casa y luego ponen algo a trabajar”, dice Marcelo Alves, profesor de ingeniería mecánica en la Universidad de São Paulo.
Varios fabricantes de automóviles están lanzando diferentes vehículos basados en el principio de combustión de hidrógeno. Pero una solución para acabar con el consumo de combustibles fósiles está lejos de lograrse:
“Necesitamos informar al público que no existe una solución mágica. En el caso de los vehículos eléctricos, no se alimentan de agua sino de electricidad, mediante una batería. Pero tenemos que elogiar el esfuerzo de todas las personas que se preocupan y tal vez deberíamos ayudarlos para que puedan desarrollar sus proyectos, para que pueda ser una solución para alguien que quiera usar este tipo de dispositivos, la motocicleta, para ejemplo”, explica el mismo profesor.
Para probar su tecnología casera, el inventor brasileño experimentó con agua potable destilada e incluso con agua de un río local altamente contaminado:
“También experimenté con agua contaminada del río Tietê. Y, para mi sorpresa, el agua contaminada de este río rindió tanto como el agua ideal. Por eso hoy uso el agua del río Tietê como combustible para mi moto”.
Pero no hay belleza sin pero. El vehículo creado por Ricardo Azevedo es menos contaminante pero el hidrógeno es altamente inflamable por lo que es necesario buscar soluciones para solucionar los problemas de seguridad que se presentan.
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